Ayudando a nuestros hijos a enfrentar la frustración y aprender de ella

¿Es posible vivir la vida sin enfrentar frustraciones?

La respuesta es sencilla: no. Desde pequeños, aprendemos con dificultad que no todo en la vida resulta como queremos o deseamos. Estas situaciones generan emociones desagradables como ira, molestia o decepción.

Sin embargo, lejos de evitarlas, es importante aprender a gestionar estas emociones. Enseñar a nuestros hijos a enfrentar la frustración no solo contribuye a su equilibrio personal, sino también a su adaptación social.

¿Cómo podemos ayudarles?

1. Identificar y nombrar la frustración

Ayudar a los niños a reconocer la frustración es el primer paso para gestionarla. Ponerle nombre a esta emoción les permite tomar conciencia de lo que sienten y manejarlo mejor:

  • “No te quisieron prestar ese juguete y eso te frustró.”
  • “Te frustra que todos vayan a la fiesta y no te hayan invitado.”

Este ejercicio de identificar y verbalizar emociones es clave para desarrollar inteligencia emocional.

2. Proporcionar seguridad afectiva y guía

La confianza es esencial. Muéstreles que cuentan con usted, pero no para evitarles el malestar, sino para acompañarlos en el proceso. Por ejemplo:

  • “Se siente mal cuando las cosas no resultan como uno quisiera. Te entiendo.”

Acompañar no significa resolver el problema por ellos, sino enseñarles a enfrentarlo con respaldo emocional.

3. Educar a través de los límites

Las normas, aunque pueden ser frustrantes, son necesarias para formar seres sociales bien integrados. Ayude a sus hijos a entender que los límites no son castigos, sino herramientas para su crecimiento:

  • “Sé que esto te enoja, pero como tu papá/mamá, mi responsabilidad es cuidarte y enseñarte.”

No ceda ante todo por evitar la frustración; establecer límites les enseña a valorar el esfuerzo, la disciplina y la convivencia.

4. No resolver los problemas por ellos

Sobreproteger a los niños para evitarles sufrimiento puede llevar a inseguridades y falta de resiliencia. Si enfrentan un problema, oriéntelos para encontrar soluciones por sí mismos:

  • “¿Qué crees que podrías hacer para solucionar esto?”
  • “¿Cómo podrías manejarlo mejor la próxima vez?”

Enséñeles que cada problema es una oportunidad para aprender y crecer.

5. Fomentar la perseverancia

Es común que los niños desistan al enfrentar frustraciones iniciales. Motívelos a persistir:

  • “Los grandes logros requieren esfuerzo y paciencia. Aunque te frustres, inténtalo otra vez.”

Este hábito les ayudará a superar retos y alcanzar metas a largo plazo.


Reflexión Final

Como padres y apoderados, debemos entender que no siempre podremos estar ahí para protegerlos de las adversidades. Sin embargo, podemos darles herramientas y valores para que enfrenten la vida con fortaleza.

Las frustraciones manejadas con acompañamiento son una preparación para desafíos futuros, ayudándoles a ser adultos más resilientes y emocionalmente estables.


Frases Clave para Recordar

  • Ayudarles a reconocer la frustración cuando se presenta.
  • La frustración, en dosis adecuadas, desarrolla fortaleza.
  • Acompañarles en sus frustraciones, pero no evitarlas.

Santa Cruz College: Juntos construyendo el futuro de nuestros niños y niñas.